La Dirección General de Discapacidad de la Municipalidad de 9 de Julio, informa que se encuentra abierta la 15º convocatoria anual del PROGRAMA NACIONAL DE BECAS UNIVERSITARIAS del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación.
Dicho programa fue creado por Resolución Ministerial Nº 464/96 en el marco de la Ley de Educación Superior (24.521) y que coexisten en él varios Subprogramas entre los cuales encontramos el Subprograma de Alumnos con Discapacidad.
Podrán inscribirse en este subprograma los alumnos que cumplen con los requisitos para acceder al PNBU y que padezcan una alteración funcional permanente o prolongada, que en relación a su edad y medio social implique desventajas considerables para su integración familiar, social, educacional o laboral. La condición de discapacidad deberá ser acreditada por las dependencias oficiales que conforman el sistema de protección integral establecido por la Ley 22.431 (ver listado de dependencias en las que se tramita el certificado de discapacidad). Además aquellos postulantes que acrediten su condición por las dependencias oficiales que conforman el sistema de protección integral establecido por la Ley 22.431, podrán postularse a la Beca en carreras de caracter no presencial.
Atento a ello, se solicita difusión, en virtud de que la solicitud de beca deberá efectuarse antes del 11 de marzo del presente año para los alumnos ingresantes a Universidades en el año 2011. Para más información se invita a visitar la página web del Ministerio de Educación, www.me.gov.ar/pnbu y adjuntamos folleto de la Convocatoria.
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Lic. Daniela Díaz
Dirección Municipal de Discapacidad
Tel. 54-02317-432191- / 54-02317-15-532562
www.9julio.mun.gba.gov.ar
Av. Vedia N° 445 (CP.6500)
9 de Julio-Buenos Aires-Arg
''Ellos también tienen un futuro, colaboremos para quitarles las piedras del camino.''
28 de enero de 2011
27 de enero de 2011
CARTA DE MOTIVACIÓN, Publicada en el Boletín 20 DE afapdI.(Junio/Setiembre de 2009)
Yo se de esos días donde la fuerza y la luz se extinguen.
Esos días en que las lágrimas llegan y la soledad persiste. En los que parece que todo está perdido porque no hay salidas, por que no hay caminos.
Sin embargo, al igual que yo, tu sabes que no hay días que duren para siempre y que solo existen días tristes por que nosotros dejamos que existan.
Maravillosamente el tiempo no se detiene, somos nosotros quienes por desesperación ó necedad nos detenemos en él.
Sigue caminando, sigue luchando, dale cuerda a tu reloj personal. No te detengas por sinsabores o si no hay remedio. Continúa, muchas experiencias radiantes están esperando por ti.
Cuando la angustia llegue, cuando la depresión acose, míralas pero no las abraces, contemplalas pero no las invites.
Tu posees el poder para llorar y para reir. Elige los días alegres.
Hay momentos de llanto, de soles negros y de lunas rotas. Pero son solo eso momentos, no los conviertas en días,
Si te sientes solo, sale, busca gente, ábrete a la energía positiva de los otros, llama a algún pariente o amigo.
Concéntrate en actividades productivas. Cuenta tus bendiciones, todo lo que posees, todos los que te quieren, reconoce lo que a tu alrededor brilla y tiene vida.
Si alguien te dio la espalda, si alguien lastimó tu corazón, si alguien te dejó para siempre, por supuesto que vas a estar triste y vas a sufrir, pero no hagas tu dolor eterno, ponle un final a la angustia y decide que hasta acá llegó.
Asegúrate de las cosas, aclara porqué sucedieron, no te des explicaciones que puedan hacerte daño.
Si fue tu culpa, reconoce, entiende el punto de vista de los demás pero de ahí en adelante, sonríe , sacúdete las malas energías, busca la luz, la alegría, la tranquilidad, el entusiasmo y todas las posibles razones para ser feliz
.Amigo, amiga, en la vida siempre vas a tener buenas y malas experiencias, buenos y malos consejos, pero depende de ti prestar atención y enfocarte en lo positivo, lo bello, lo útil.
No permitas que una mala mirada, una mala palabra, una mala acción te quiten el gozo de vivir.
Espero que esta carta llegue a tus manos y puedas entender con resignación y fortaleza que hay cosas en la vida que te ofrecerán alegría y otras, pesares, pero depende de ti extender tus manos y recibir solo aquellas que van a colaborar con tu bienestar espiritual y mental.
A.F.M
Esos días en que las lágrimas llegan y la soledad persiste. En los que parece que todo está perdido porque no hay salidas, por que no hay caminos.
Sin embargo, al igual que yo, tu sabes que no hay días que duren para siempre y que solo existen días tristes por que nosotros dejamos que existan.
Maravillosamente el tiempo no se detiene, somos nosotros quienes por desesperación ó necedad nos detenemos en él.
Sigue caminando, sigue luchando, dale cuerda a tu reloj personal. No te detengas por sinsabores o si no hay remedio. Continúa, muchas experiencias radiantes están esperando por ti.
Cuando la angustia llegue, cuando la depresión acose, míralas pero no las abraces, contemplalas pero no las invites.
Tu posees el poder para llorar y para reir. Elige los días alegres.
Hay momentos de llanto, de soles negros y de lunas rotas. Pero son solo eso momentos, no los conviertas en días,
Si te sientes solo, sale, busca gente, ábrete a la energía positiva de los otros, llama a algún pariente o amigo.
Concéntrate en actividades productivas. Cuenta tus bendiciones, todo lo que posees, todos los que te quieren, reconoce lo que a tu alrededor brilla y tiene vida.
Si alguien te dio la espalda, si alguien lastimó tu corazón, si alguien te dejó para siempre, por supuesto que vas a estar triste y vas a sufrir, pero no hagas tu dolor eterno, ponle un final a la angustia y decide que hasta acá llegó.
Asegúrate de las cosas, aclara porqué sucedieron, no te des explicaciones que puedan hacerte daño.
Si fue tu culpa, reconoce, entiende el punto de vista de los demás pero de ahí en adelante, sonríe , sacúdete las malas energías, busca la luz, la alegría, la tranquilidad, el entusiasmo y todas las posibles razones para ser feliz
.Amigo, amiga, en la vida siempre vas a tener buenas y malas experiencias, buenos y malos consejos, pero depende de ti prestar atención y enfocarte en lo positivo, lo bello, lo útil.
No permitas que una mala mirada, una mala palabra, una mala acción te quiten el gozo de vivir.
Espero que esta carta llegue a tus manos y puedas entender con resignación y fortaleza que hay cosas en la vida que te ofrecerán alegría y otras, pesares, pero depende de ti extender tus manos y recibir solo aquellas que van a colaborar con tu bienestar espiritual y mental.
A.F.M
19 de enero de 2011
PLEGARIA DEL NIÑO DIFERENTE
Acéptame como soy en razón de justicia y no de piedad.
Transfórmame en un ser útil, porque no quiero vivir de limosna.
Líbrame de la ignorancia y de la dependencia.
Pon en mis labios la luz de una sonrisa y no la sombra triste del miedo.
Ayúdame a no ser una carga para mis padres, logrando mi integración a la sociedad.
Reflexiona que las ilusiones que acompañaron mi nacer fueron las mismas que soñaron tus padres.
Despierta con tu afecto, mi fuerza contra la agresividad que avasalla.
Mírame: soy humano como tú.
Transfórmame en un ser útil, porque no quiero vivir de limosna.
Líbrame de la ignorancia y de la dependencia.
Pon en mis labios la luz de una sonrisa y no la sombra triste del miedo.
Ayúdame a no ser una carga para mis padres, logrando mi integración a la sociedad.
Reflexiona que las ilusiones que acompañaron mi nacer fueron las mismas que soñaron tus padres.
Despierta con tu afecto, mi fuerza contra la agresividad que avasalla.
Mírame: soy humano como tú.
9 de enero de 2011
LAS TRAMPAS DEL AMOR de Down 21
Si hay una palabra que se repite con insistencia alrededor de quienes portan el síndrome de Down es la palabra “amor”. El carácter cariñoso y amable —digno de ser amado— de estas personas, convierte habitualmente su entorno en un espacio impregnado de amor.
Sin embargo, el amor mal interpretado oculta tras su idílica faz, una serie de trampas de las que es preciso hacerse consciente para no caer en ellas o dejarse atrapar por su hechizo.
El niño con síndrome de Down se nos muestra como un ser débil y toda debilidad anima a la protección. Si ese carácter desvalido viene acompañado, de pequeño, de alguna enfermedad añadida que ponga en peligro su vida, aún se cierra con más intensidad el lazo del amor que le une a sus padres, en especial a la madre, y le lleva a caer en la primera de las trampas, la sobreprotección. Una cosa es protegerlos de las circunstancias hostiles a las que no sabrían enfrentarse por sí mismos y otra, muy distinta, protegerles en exceso, hasta de aquello que pueden realizar con facilidad y a lo que no se les permite enfrentarse. La sobreprotección convierte a su víctima en un ser frágil, endeble, desmadejado, una marioneta en manos de los demás y de los acontecimientos. Únicamente a través del afrontamiento directo y real con los obstáculos de la vida se puede construir una personalidad fuerte y estable.
Los niños con síndrome de Down saben utilizar también sus propias armas de niño y eluden los retos valiéndose de la ternura que provocan. El chantaje afectivo es otra de las peligrosas trampas que rodean al amor. Caer en él supone dejarse vencer por la lástima, por el cariño mal entendido y poner en manos del niño importantes decisiones en su vida que solamente un adulto exigente y afectuoso debería tomar.
La proyección de los miedos que el adulto arrastra, puede llevar a enmascarar con un barniz de amor lo que no es más que la dificultad para superar los propios traumas. No se le permite al niño correr riesgos por el temor de los padres a que le pase algo, aún a sabiendas de que esa actitud no beneficia a nadie. Al niño le perjudica porque siempre dependerá de sus padres, y a los padres porque nunca podrán liberarse de la responsabilidad del cuidado de su hijo, ni transmitírsela a otras personas cuando ellos falten.
El daño producido con la disculpa del amor, reflejado en la famosa máxima “quien bien te quiere te hará llorar” es otra de las trampas sutiles que el cariño puede ocultar. El amor no puede ir unido al dolor. Sí a la exigencia, sí a la constancia, sí a la paciencia, sí al esfuerzo, sí a la compañía permanente y atenta, pero no al dolor, al daño, al sufrimiento. Quien bien te quiere te hará reír, y reirá contigo, aunque los dos os estéis esforzando, hombro con hombro, con toda vuestra voluntad, por llegar más lejos, por alcanzar cotas cada vez más altas.
La sensiblería, el “son tan cariñosos”, el verlos como “angelitos”, el amor superficial, el cariño mal entendido, la lástima, son otras tantas maneras de deformar el amor y de privarlo de su esencia profunda. Son sentimientos opuestos al amor verdadero, a la caridad entendida en su sentido original, a la compasión que es precisamente eso, la pasión compartida, la capacidad de sentir de forma conjunta lo que cualquier ser vivo siente, por el mero hecho de compartir el destino de la muerte.
Sin duda, el amor es la base de todo acto humano de verdadero calado. Pero no caigamos en el error de malinterpretarlo y de dejarnos arrastrar por los cantos de sirena de las trampas que ese amor a veces oculta. La sobreprotección, el chantaje afectivo, el velo de los propios temores, el dolor justificado en un supuesto afecto o la lástima, son disfraces que, superpuestos sobre el amor, lo deforman y transforman, por lo que hemos de estar especialmente atentos para no caer en sus engaños. El amor, por principio, no puede ser más que amor desinteresado, cuando todas las anteriores argucias encubren, de una u otra forma, algún tipo de interés personal.
Sin embargo, el amor mal interpretado oculta tras su idílica faz, una serie de trampas de las que es preciso hacerse consciente para no caer en ellas o dejarse atrapar por su hechizo.
El niño con síndrome de Down se nos muestra como un ser débil y toda debilidad anima a la protección. Si ese carácter desvalido viene acompañado, de pequeño, de alguna enfermedad añadida que ponga en peligro su vida, aún se cierra con más intensidad el lazo del amor que le une a sus padres, en especial a la madre, y le lleva a caer en la primera de las trampas, la sobreprotección. Una cosa es protegerlos de las circunstancias hostiles a las que no sabrían enfrentarse por sí mismos y otra, muy distinta, protegerles en exceso, hasta de aquello que pueden realizar con facilidad y a lo que no se les permite enfrentarse. La sobreprotección convierte a su víctima en un ser frágil, endeble, desmadejado, una marioneta en manos de los demás y de los acontecimientos. Únicamente a través del afrontamiento directo y real con los obstáculos de la vida se puede construir una personalidad fuerte y estable.
Los niños con síndrome de Down saben utilizar también sus propias armas de niño y eluden los retos valiéndose de la ternura que provocan. El chantaje afectivo es otra de las peligrosas trampas que rodean al amor. Caer en él supone dejarse vencer por la lástima, por el cariño mal entendido y poner en manos del niño importantes decisiones en su vida que solamente un adulto exigente y afectuoso debería tomar.
La proyección de los miedos que el adulto arrastra, puede llevar a enmascarar con un barniz de amor lo que no es más que la dificultad para superar los propios traumas. No se le permite al niño correr riesgos por el temor de los padres a que le pase algo, aún a sabiendas de que esa actitud no beneficia a nadie. Al niño le perjudica porque siempre dependerá de sus padres, y a los padres porque nunca podrán liberarse de la responsabilidad del cuidado de su hijo, ni transmitírsela a otras personas cuando ellos falten.
El daño producido con la disculpa del amor, reflejado en la famosa máxima “quien bien te quiere te hará llorar” es otra de las trampas sutiles que el cariño puede ocultar. El amor no puede ir unido al dolor. Sí a la exigencia, sí a la constancia, sí a la paciencia, sí al esfuerzo, sí a la compañía permanente y atenta, pero no al dolor, al daño, al sufrimiento. Quien bien te quiere te hará reír, y reirá contigo, aunque los dos os estéis esforzando, hombro con hombro, con toda vuestra voluntad, por llegar más lejos, por alcanzar cotas cada vez más altas.
La sensiblería, el “son tan cariñosos”, el verlos como “angelitos”, el amor superficial, el cariño mal entendido, la lástima, son otras tantas maneras de deformar el amor y de privarlo de su esencia profunda. Son sentimientos opuestos al amor verdadero, a la caridad entendida en su sentido original, a la compasión que es precisamente eso, la pasión compartida, la capacidad de sentir de forma conjunta lo que cualquier ser vivo siente, por el mero hecho de compartir el destino de la muerte.
Sin duda, el amor es la base de todo acto humano de verdadero calado. Pero no caigamos en el error de malinterpretarlo y de dejarnos arrastrar por los cantos de sirena de las trampas que ese amor a veces oculta. La sobreprotección, el chantaje afectivo, el velo de los propios temores, el dolor justificado en un supuesto afecto o la lástima, son disfraces que, superpuestos sobre el amor, lo deforman y transforman, por lo que hemos de estar especialmente atentos para no caer en sus engaños. El amor, por principio, no puede ser más que amor desinteresado, cuando todas las anteriores argucias encubren, de una u otra forma, algún tipo de interés personal.
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